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Reseña de la novela Tomates Verdes Fritos

  • Verónica Ruiz del Olmo
  • 19 sept 2020
  • 5 Min. de lectura

Hola, hoy quiero tratar algo diferente en el Blog y no se como quedará, me apetece escribir sobre la novela de Fannie Flagg, seudónimo de Patricia Neal,"Tomates verdes fritos" que he devorado este verano sin haber leído nada sobre el libro ni la película. La leí completamente a ciegas. Ahora es una de mis novelas favoritas.


Supongo que no será 'spolier' escribir sobre el argumento de una novela publicada en 1987.


Narrada en capítulos cortos y alternos, se alternan lugares y épocas distintas. Por un lado Evelyn Couch, de cuarenta y ocho años, conoce a Ninny Threadgoode en una visita a la residencia en la que vive su suegra. Ninny es una encantadora anciana con una memoria prodigiosa para el pasado, y que le habla a Evelyn sobre la vida en Whistle Stop medio siglo antes. Además de leer sobre los recuerdos de Ninny y sus encuentros con Evelyn en el “presente” (1986), la autora nos traslada también al pasado (alrededor de los años 30-40 del siglo XX en adelante), a ese pequeño pueblo de Whistle Stop –que sitúa en Alabama, al sur de Estados Unidos- y narra aquellos acontecimientos y secretos que Evelyn no cuenta. De pronto, a Evelyn se le abre una luminosa ventana al pasado por la que entra un aire de una frescura desconocida para ella. Remontándose a finales de la década de 1920, Ninny explica historias cuyas protagonistas son Idgie y Ruth, dos espíritus sensibles, alegres y llenos de una admirable energía vital, que saben sobreponerse a las dificultades y saborear el gusto por la vida.


Como ya he indicado la novela fue llevada al cine en 1991 por Jon Avenet con guión de la propia autora.


La galería de personajes presentes y pasados de la novela es extraordinaria, quizá algo extensa y puedes perderte en algún momento. Sin embargo, son personajes llenos de vida y por los que el lector siente simpatía con suma facilidad. El humor es parte esencial en la novela; un humor fino e irónico que se deja sentir en las diversas situaciones de la vida, y que está dosificado de modo perfecto.


Pero si algo caracteriza a esta novela y es el motivo principal por el cual estoy escribiendo es por la naturalidad a la hora de tratar temas controvertidos como la discapacidad tanto intelectual como física, la discriminación de la mujer, el racismo, el lesbianismo, la miseria o el alcoholismo, la situación de los temporeros tras la Gran Depresión de 1929, la soledad, el duelo, etc y, a pesar de eso, es una de esas novelas optimistas en las que, como por arte de magia, todo encaja a la perfección y acaban cautivando al lector. Cada personaje aporta a la historia, cada personaje es la historia con su personalidad y problemática y es precisamente esa naturalidad a la hora de tratar dichos temas lo que más me gusta de esta novela.


Desgranando un poco cada tema tratado en el libro:

  • Amistad y solidaridad entre mujeres (sororidad). Las historias paralelas de Tomates verdes fritos son, ante todo, historias de amistad entre mujeres. A través de sus vivencias juntas, en el caso de Idgie y Ruth, y por medio de las historias orales, como ocurre con Evelyn y Ninny, las protagonistas descubren lo que sus existencias y ellas mismas tienen de extraordinario. Juntas luchan contra los obstáculos y juntas los vencen, y eso estrecha entre ellas lazos que se adivinan inquebrantables. Las relaciones entre Evelyn y Ninny y Ruth e Idgie no son en absoluto las habituales entre mujeres de su entorno, acostumbradas a sacrificar toda entidad propia por el marido y los hijos/as y a no desarrollar redes autónomas de relación y desarrollo personal.

  • La vejez y la experiencia como fuentes de sabiduría. Frente a la dura realidad de la soledad de las personas ancianas como Ninny, la novela nos ofrece un modelo positivo en el que la experiencia y el valor de lo vivido cobran una nueva dimensión. Evelyn escucha con atención el relato de su amiga y aprende de ella lecciones que lleva a la práctica en su vida diaria. Ninny no es un personaje enfermo y patético de anciana cascarrabias; es una mujer eminentemente optimista que ha sabido apreciar la belleza de su vida y desea transmitirla como legado a otras mujeres. La suya, y a través de ella, la de Idgie y Ruth. Debe resaltarse la importancia que para cualquier colectivo tiene el poseer una historia propia; en este caso una historia que nos hable de mujeres, de sus hazañas, sus logros, sus derrotas. En definitiva, unos modelos positivos con los que identificarse, una herstory que nos muestre que las mujeres formaron parte de la sociedad siempre de mil maneras distintas. En Tomates Verdes Fritos se demuestra que la historia mueve el presente y que ningún espíritu muere si las generaciones siguientes lo transmiten y respetan como un bien preciado.

  • Frustraciones y problemas de identidad del modelo tradicional de mujer. La novela, a través del personaje de Evelyn, habla de conflictos sobre el cuerpo, necesidad de independencia económica, miedo a envejecer, la menopausia, la relación con los hombres, etc., todas ellas circunstancias de crisis en la vida de las mujeres. Presenta muy especialmente los estereotipos de belleza en las mujeres sureñas en los años treinta (la Belle) frente a modelos contemporáneos (la eterna juventud, la delgadez obligatoria, etc.). A su manera, Idgie y Evelyn se rebelan contra esa tiranía de la belleza, adoptando actitudes rupturistas cuando se descubren a sí mismas a través de su amistad con Ruth y Evelyn (por ejemplo, llevando ropa masculina y aceptación del sobrepeso).

  • Relación entre la discriminación racial y la de género (violencia). Tomates verdes fritos se desarrolla en un Sur marcado por la esclavitud, la Guerra Civil estadounidense y la influencia del Ku Kux Klan en la sociedad desu época. En este marco, hay que apreciar el continuum que puede llegar a establecerse entre la violencia racista y la de género, conviviendo en la misma comunidad discriminaciones en razón del color de piel y misoginia salvaje. Si los antiguos esclavos aún no son respetados, menos lo es Ruth, aun siendo blanca, por su marido maltratador. Si Big George agradece el trato igualitario que Idgie intenta darle, igual lo aprecia Ruth en los hombres que conoce tras su separación. Los prejuicios, generalmente, no vienen de uno en uno.

  • Lesbianismo: Idgie se enamora locamente de Ruth siendo sólo una niña, la salva de su marido maltratador, se la lleva con ella a su pueblo, abren el Café y tienen una relación de pareja completamente normal, incluso hace de segunda madre del hijo de Ruth. Y, curiosamente, nadie en Whistle Stop se escandaliza por ello.


En resumen, es una novela muy comprometida con temas sociales - que por desgracia, siguen de actualidad - pero de forma amena y buscando un toque optimista a pesar de las situaciones negativas. Aporta a quien quiera apreciarlo, varias enseñanzas.



 
 
 

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